Vendrá de noche...

Un blog para encontrar y esperar.

sábado, 20 de noviembre de 2010

sábado, 19 de julio de 2008

Nueva amiga


Lleveba un par de dìas y algo me faltaba. El fantasma de la companiìa de no sè què merodeaba mi pequenio cuarto. Casi por instinto, habia visto desde el primer dìa a quien me harìa sentir en casa: una pequenia italiana, ni fena ni bonita, algo mallugada y descuidada.

Por pena no me le habia acecado. Pero me decidì, compre un paquete de cafè, me acerque a donde ella estaba en a cocina, y un poco a escondidas me hice una taza de cafè. Què buena companiìa me ha hecho esa pequenia cafetera!

Coincidencia

Lo que escribì arriba lo pensè la primera vez que me hice un cafè en la casa de estudientes. Justo hoy sabìa que tendrìa tiempo para subir la pequenia narraciòn al blog. La coincidencia està en que por la maniana me tope con Elena, una italiana de Milan, bajita, de ojos brillantes pero no muy bonita. Sin embargo, para que no pase por esa reacciòn nihilista de personificar las cosas, tan tìpica de quien se siente solo, le hice la plàtica y hasta le prometì compartirle de mi sal y azucar.

martes, 24 de junio de 2008

La espera

El camino previsto siempre acaba, y la espera se vacía, nos demos cuenta de ello o no. Y a mí se me está agotando. No para volverse desesperanza, sino porque se me han abierto nuevas veredas. Aquellos camino que me hicieron crear este blog se volvieron pedregosos, llenos de lodo y cada vez más angostos. Digamos que llegué a un lugar de pastos crecidos, y ahora el viaje tuvo un dulce remanso.
El blog cambia entonces de espíritu; ya no es tensión con el futuro, es construcción del porvenir. Me alegra retomarlo, y espero que los lectores-internautas acepten una disculpa por la tardanza.

Como compensación les dejo la página de la famosa Cathy Berberian, la mejor cantante las nuevas técnicas de música contemporánea. http://www.cathyberberian.com/

sábado, 12 de enero de 2008

“Sebastián” o grandes reacciones por cosas pequeñas


Un visitante a mi perfil de mysapce me preguntó cuál era mi nombre verdadero, como si el que apareciese junto a la foto fuese una ficción de internauta.
De repente cruzaron por mi cabeza la simpatía que he sentido por San Sebastián, la misma consonancia de la palabra y todas las ideas a posteriori que he hecho de mi nombre... porque eso he creído que es: mi nombre.
¿Y si todo lo que he pensado respecto a esa palabra fuese producto de buscarme una identidad? ¿Y si “Sebastián” hubiese sido un cúmulo de deseos e ideas de lo que quería ser, o por lo menos un personaje curioso para enmascararme?
La extraña pregunta sembró la confusión entre lo que digo de mi persona a través de mi nombre, y lo que quiero que diga este nombre de mí.
El personaje y la persona se adhieren uno a otro como derretidos por el deseo de ser alguien; alguien que no se decide a tener una identidad o a imponérsela.

[Foto de Abelardo Morell http://www.abelardomorell.net/index.html]

miércoles, 17 de octubre de 2007

Unterwegs

Existe una palabra en alemán muy elocuente para explicar cómo me siento: “unterwegs”. Se refiere a cuando uno anda de viaje o camino a algún sitio. Es un “estar de viaje sin llegar aún”. Lo curioso es que se mantiene casi estático. Es un estar de viaje sin decir hacia dónde se va o desde dónde se viene Tan sólo basta un “ich bin unterwegs” (“estoy de camino”) para dar una idea completa.
Me recuerda a ese cuento de la carrera entre Aquiles y la tortuga, aquél en el que al animal se le dio una ventaja que el héroe nunca zanjará, paralizando así la carrera en el mismo correr. Creo que es un argumento de Zenón de Elea, para demostrar que todo movimiento es ilusorio… Pero no estoy seguro. La cuestión es que así me siento, sólo estoy unterwegs, sin siquiera salir de mi casa.
No es que me queje o sufra, diría más bien que me va... sin saber a dónde. Y eso, así como me puede desesperar, me muestra las múltiples vías que puedo seguir, aunque ninguna tenga preferencia a otra.

domingo, 9 de septiembre de 2007

"Me desordeno, amor, me desordeno"

Esto de pelear con la muerte, no cabe duda, es una labor de la que uno se olvida facilmente. Nadie podrá negar que la muerte es una incercia de no hacer nada, y quiá los mayores rebeldes son los fantasmes que se niegan a morir. Y puesto que el fantasma no puede presentarse en su cuerpo, sino que tiene que usar ese mundo al que ya no pertenece para manisfestarse, yo, que estoy en una lógica semejante, recurro a un poema ajeno. La poetiza es Carilda Oliver Labra, censurada en Cuba por sus versos eróticos. Actualmente es muy reconocida en la isla y queda como otro hito en la lucha contra cualquier discursos totalizador.

Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mala promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno amor, me desordeno.

-Carilda Oliver L. en Prometida al fuego

domingo, 19 de agosto de 2007

Resucitación (en fragmentos)

Después de la muerte de Bergman siguió la epidemia y en algún momento también se me murió el blog. Por lo menos entró en coma, y quizá haya sido diabético por la melosidad de mi melancolía. Regresando a eso de la muerte. Hablo de epidemia porque en silencio se me han ido muriendo muchas cosas. Resbalándose como agua, ni siquiera sé qué he perdido. Pero estoy seguro que algo está muerto, y que no fue un simple extravío. Algo me dice que ya no vuelve. Por lo menos sé que mis ganas de escribir se han puesto lívidas. Ojalá no me vengan con la sorpresa de que no quieren volver a levantarse.
Por si fuera poco, las coincidencias me han regalado un ramillete de muertes ajenas. Nunca he visto la muerte violenta, sólo aquella que se anuncia despacito. Sin embargo, estos cuentos, incluida en ellos una novela, lograron esbozar en mí la terrible pena de morir. Una niña de tres años aplastada en un accidente, una mujer que deja a su familia entera al morir de una enfermedad inexplicable, la disolución de una protesta tiros… Por todos lados escucho de muerte. Y casi como revancha, estas memorias negras se van llevando algo de mí a su tumba. Quizás esto es lo que se me ha estado muriendo. Si no, sólo espero que no me estén enterrando vivo y en partes.

Yves Klein

Yves Klein
Para quienes han usado el "Moment mal!"